La
coordinación entre las manos y los estímulos visuales y auditivos son unas capacidades
que debemos tener bien desarrolladas para tocar un instrumento. Hay estudios
que prueban que recibir clases de música antes de los siete años ayuda a
establecer fuertes conexiones entre las regiones motoras del cerebro encargadas
de planificar y desarrollar movimientos. El lado izquierdo de nuestro cerebro
procesa el ritmo y el tono mientras que el derecho se encarga de procesar el
timbre y la melodía.