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lunes, 3 de junio de 2013

Aprendiendo a jugar

Cuando uno es padre, ¿es lo suficiente maduro para serlo? desde mi experiencia personal pienso que uno nunca es maduro para ser padre, cuando te toca afrontarlo es cuando vas evolucionando y aprendiendo al ritmo que te marca tu bebé, pero sobre todo debemos sacar el niño que llevamos dentro.

En mi caso, con mi hijo de casi tres años he vuelto a aprender a jugar.  Digo aprender porque el trabajo diario de un niño es jugar y no es tan significativo el juguete en sí, sino explicarle como debe de jugar con cada juguete, para estimular sus sentidos, para que empiece a pensar, hacer, deshacer, etc.

Los padres tenemos que estar concienciados de que los juguetes sirven para divertir, educar, estimular, y no únicamente para distraer y así poder pasar desapercibidos un rato de nuestro hijo. Evidentemente no podemos dedicarle todo el día a jugar con ellos, pero el tiempo que tengamos disponible para ello, que lo hagamos en consecuencia y les ayudemos a jugar al mismo tiempo que aprendemos jugando con ellos.