A quien no le ha pasado alguna vez con su
hij@, estar en el salón de casa viendo una peli o leyendo un libro y no poder
concentrarte porque el cachorrito no para de hacerte preguntas, de ver sus
juguetes volar a medio centímetro de tu cabeza o continuos gritos y llantos
entrando por tus oídos llegando a la desesperación.
Pues ahí es donde entra la imaginación del
padre o de la madre. Yo en mi caso utilizo una fórmula que rara vez me falla.
En estos tiempos de tecnología avanzada que vivimos, todos tenemos un portátil,
smartphone o una tablet en el mueble o la mesa del salón.
Entonces aquí es donde entra nuestra
imaginación para atraerlos y tranquilizarlos, mi método es muy sencillo, cojo
mi tablet le doy volumen y me pongo con cara de interesado a ver algún video
musical o ilustrativo sin hacerle caso al niño y ahí es donde encuentro la
primera conexión con él, sin prestarle atención nada más que a lo que estoy
viendo. Una vez que él se da cuenta de mi concentración y cara de felicidad
ante el aparatito, es cuando viene a mi lado e intenta integrarse conmigo para
ver qué me llama tanto la atención.
Una vez que he captado su atención y lo tengo
a mi lado, es cuando empiezo a interactuar con él y hacerle partícipe de mi
juego. En mi caso soy músico y me gusta mucho escuchar música, ver vídeos
musicales o cualquier documento gráfico relacionado con la música, por lo tanto
intento trasladar a mi hijo de una manera sencilla lo que estoy viendo e
involucrarle.